Parrafo 1
¡Cuán firme cimiento se ha dado a la fe,
de Dios en su eterna palabra de amor!
¿Qué más El pudiera en su libro añadir,
si todo a sus hijos lo ha dicho el Señor?
Parrafo 2
No temas por nada, contigo yo soy;
tu Dios yo soy solo, tu ayuda seré;
tu fuerza y firmeza en mi diestra estarán,
y en ella sostén y poder te daré.
Parrafo 3
La llama no puede dañarte jamás,
Si en medio del fuego te ordeno pasar;
El oro de tu alma más puro será,
Pues sólo la escoria se habrá de quemar.
Parrafo 4
Al alma que anhele la paz que hay en mí,
Jamás en sus luchas la habré de dejar;
Si todo el infierno la quiere perder,
¡Yo nunca, no, nunca la puedo olvidar!